El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró que paralizar las actividades administrativas del Gobierno por falta de fondos podría “detener el impulso” de la recuperación tras la peor crisis económica del país en 80 años, y “todo por cuestiones políticas”.
La paralización administrativa afectaría a cerca de 800 mil funcionarios federales, obligaría a cerrar los parques nacionales y detendría el proceso de devolución de impuestos por parte de la Hacienda estadounidense (Inland Revenue Service, IRS).
Sí se mantendrían en funcionamiento aquellas actividades de la Administración imprescindibles para “garantizar la protección de la vida y de la propiedad” , es decir, las Fuerzas Armadas y los cuerpos de Policía.
En una reunión con trabajadores en una planta de la empresa española de energía eólica Gamesa en Filadelfia, Obama instó a los legisladores a “comportarse como adultos” y, tras asegurar que la Casa Blanca ya ha cedido en la negociación, llamó a los republicanos a mostrarse flexibles.
Republicanos y demócratas negocian esta semana acerca de un acuerdo presupuestario para dotar de fondos el funcionamiento del Gobierno estadounidense.
El Congreso no ha aprobado aún un presupuesto para el año fiscal corriente, del que restan sólo seis meses, y hasta ahora el Gobierno federal ha visto cubiertos sus costes mediante prórrogas puntuales del presupuesto del año fiscal anterior.
Los republicanos han propuesto una nueva prórroga de dos semanas, condicionada a recortes presupuestarios adicionales de US$12 mil millones, algo que los demócratas y la Casa Blanca rechazan.
Si no se logra un acuerdo antes del viernes, el Gobierno estadounidense dejará de contar con fondos para sufragar sus operaciones y se verá obligado a cerrar la mayor parte de sus oficinas, algo que no sucede desde el mandato de Bill Clinton en los años noventa.
Ante esta perspectiva, el Gobierno ha comenzado ya los preparativos para la posible paralización de la Administración.
Sí se mantendrían en funcionamiento aquellas actividades de la Administración imprescindibles para “garantizar la protección de la vida y de la propiedad” , es decir, las Fuerzas Armadas y los cuerpos de Policía.
En una reunión con trabajadores en una planta de la empresa española de energía eólica Gamesa en Filadelfia, Obama instó a los legisladores a “comportarse como adultos” y, tras asegurar que la Casa Blanca ya ha cedido en la negociación, llamó a los republicanos a mostrarse flexibles.
Republicanos y demócratas negocian esta semana acerca de un acuerdo presupuestario para dotar de fondos el funcionamiento del Gobierno estadounidense.
El Congreso no ha aprobado aún un presupuesto para el año fiscal corriente, del que restan sólo seis meses, y hasta ahora el Gobierno federal ha visto cubiertos sus costes mediante prórrogas puntuales del presupuesto del año fiscal anterior.
Los republicanos han propuesto una nueva prórroga de dos semanas, condicionada a recortes presupuestarios adicionales de US$12 mil millones, algo que los demócratas y la Casa Blanca rechazan.
Si no se logra un acuerdo antes del viernes, el Gobierno estadounidense dejará de contar con fondos para sufragar sus operaciones y se verá obligado a cerrar la mayor parte de sus oficinas, algo que no sucede desde el mandato de Bill Clinton en los años noventa.
Ante esta perspectiva, el Gobierno ha comenzado ya los preparativos para la posible paralización de la Administración.
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